Que los horizontes no sean oscuros,
Que la vida me cubra con su ambrosía,
Que mis pasos no queden muertos,
Que tu sonrisa sea el pan de mi aliento.
Que los crepúsculos no se disuelvan en lágrimas,
De soles tristes por no poder besar a la luna.
Que tu mirada sea mi horizonte y tus labios el camino
Que nunca me falte tu aroma en el recuerdo… en mi sentir.
Que los amaneceres se confundan con los atardeceres,
Y de las tristezas florezcan alegrías de esperanzas
nuevas que marquen mi regreso.
El regreso a tu pecho… el regreso a tu abrazo de miel.
Que mi corazón curtido en mil batallas sea mi ofrenda,
Que mi alma cosida con mil y un recuerdo sea tu sonrisa,
Que mis manos doloridas sean el paño donde verter tus esperas.
Que la luna sea nuestra celestina y tu rostro la mas bella estrella.
Que los horizontes no sean el final,
Que la vida solo un sueño donde jugar,
Que mis pasos se queden con los tuyos,
Que tu regazo sea el edén de mi descanso.
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